Corresponde a esa sensación indeseable en los pabellones auriculares y en el canal auditivo externo.
Sus causas son múltiples y entre ellas se encuentran:
- Acumulo de cerumen, en algunas ocasiones se pega a la piel del canal auditivo externo y se denomina “impactado”.
- Por aumento de la presión intra-auricular, se experimenta con los cambios de altura, en automóviles, aviones, posterior a hundimientos en piscinas o acompañando estados gripales.
- Elementos extraños introducidos voluntaria o involuntariamente en el canal del oído.
- Trauma físico o el rascarse con cualquier clase de elemento solido, sobre la piel del canal del oído.
- Uso por excesivo tiempo de audífonos.
- Uso frecuente de tapones para natación.
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- Trauma acústico por sonidos a unos volúmenes altos.
- Irradiado, por lesiones inflamatorias de órganos vecinos.
- Impactación de vello (personas mayores).
- “Limpiar” el oído con copitos, empuja más hacia dentro el cerumen y residuos celulares.
- Limpieza con sustancias irritantes.
- Infección, de corto tiempo de inicio o de bastante tiempo en su evolución, merece un capítulo aparte porque requiere un manejo diferente por un MD y prescripción de antibióticos.
- En ocasiones el dolor de oído puede ir acompañado de picazón, sensación de líquido y/o de “oído tapado” u obstruido.
- La salida de sangre, pus o la presencia de fiebre (Temperatura mayor a 37oC tomada con un termómetro de mercurio o digital), deben hacer inmediata la búsqueda de un MD porque sugiere infección.
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